Un paseo por la sombra by Doris Lessing

autor:Doris Lessing [Lessing, Doris]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Memorias
editor: ePubLibre
publicado: 1997-01-01T00:00:00+00:00

La reacción al Vigésimo Congreso se ha expresado en los círculos del Partido de todo el mundo mediante la frase «el culto al individuo». Que estas palabras hayan tenido que ser elegidas como el estandarte bajo el cual deberíamos combatir los errores del Partido me parece un signo de la corrupción de nuestro pensamiento, porque sugieren que la causa del fracaso de la democracia interna del Partido ha sido un exceso de individualismo. Pero lo contrario es la verdad. Lo malo no es que un hombre fuera un tirano, sino que cientos y miles de miembros del Partido, dentro y fuera de la Unión Soviética, abandonasen su conciencia individual y permitieran a ese hombre convertirse en un tirano.

Ahora discutimos qué clase de normas deberíamos adoptar en el Partido para prevenir la aparición de la burocracia y la dictadura. Innumerables personas inquietas y preocupadas cifran su fe en algún tipo de constitución que les asegure contra la tiranía. Pero las leyes y las constituciones no son más que lo que la gente hace de ellas. La publicación de la Constitución de la Unión Soviética, un documento admirable, coincidió con el peor período de terror. Las reglas de Partido de los distintos países comunistas son (si no estoy equivocada) más o menos las mismas, pero la trayectoria de cada uno de los Partidos ha sido muy diferente.

Diría que esta discusión sobre el cambio de normas es un síntoma del deseo que tenemos todos de transferir la responsabilidad individual a algo que esté fuera de nosotros, algo a lo que podamos culpar si las cosas van mal. Es agradable confiar ciegamente en nuestro admirado jefe. Es agradable y cómodo creer que el Partido Comunista debe tener razón simplemente porque es «la vanguardia de la clase obrera». Es agradable pasar las decisiones a una conferencia y creer que después todo estará en orden.

Pero ni una sola de las decisiones que podamos tomar, de una vez por todas, garantizará que estamos haciendo lo correcto. No existe ningún reglamento capaz de liberarnos de la necesidad de tomar la nueva decisión, cada día, de cuánta responsabilidad individual estamos dispuestos a delegar a un sistema central, sea este el Partido Comunista o el gobierno del país en el que vivimos, sea este último comunista o capitalista.

En mi opinión, los últimos treinta años nos han enseñado que a menos que un partido comunista sea un cuerpo formado por individuos que guardan celosamente su independencia de juicio, degenerará inevitablemente en un partido de gente servil.

La salvaguarda contra la tiranía es, y ha sido siempre, intensificar la individualidad, reforzar la responsabilidad de cada uno, y no delegarla.

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